¿Por qué tener estrategia no basta?

Muchos líderes creen que una buena estrategia es suficiente para transformar una empresa. Que con un documento bien redactado, unos objetivos ambiciosos y unas reuniones de seguimiento, la organización se moverá sola hacia el crecimiento. Pero no es así.

He visto de cerca empresas con estrategias sólidas… que no avanzan. Equipos talentosos… que no logran resultados. Directivos comprometidos… que siguen apagando incendios. ¿Por qué? Porque tener una estrategia no basta.

El reto no es solo diseñarla. Es alinear toda la organización para que esa estrategia se convierta en realidad.

El pentágono del diseño organizacional (inspirado en Galbraith)

Si quieres que una organización ejecute de forma coherente, necesitas algo más que una buena estrategia. Necesitas revisar al menos cinco elementos clave. Esta mirada se inspira en el modelo de diseño organizacional desarrollado por Jay Galbraith, uno de los referentes más sólidos en el tema:

  1. Estrategia: define la dirección y las grandes decisiones. ¿Hacia dónde vamos?

  2. Estructura: define quién toma qué decisiones. ¿Quién tiene el poder real para mover la aguja?

  3. Rutinas: es el sistema nervioso. ¿Cómo fluye la información? ¿Cómo tomamos decisiones?

  4. Objetivos y resultados clave (OKRs): lo que medimos, mejora. ¿Qué indicadores realmente mueven el negocio?

  5. Mindset: la forma de pensar y responder colectivamente. ¿Existe la mentalidad adecuada para impulsar lo estratégico?

Una estrategia sin estos elementos alineados es como tener el mapa de viaje, pero sin motor, sin dirección hidráulica y sin equipo de copilotos.

Cinco síntomas de una organización desalineada

Cada uno de estos elementos, cuando falla, genera un síntoma visible. Aprender a reconocerlos puede evitar que pierdas tiempo y recursos resolviendo el problema equivocado:

  • Confusión → Falta de estrategia clara

  • Fricción → Fallas en la estructura (¿quién decide qué?)

  • Parálisis → Rutinas que no permiten avanzar

  • Intuición sin evidencia → No hay medición o los indicadores son decorativos

  • Bajo desempeño → Mindset limitado o desconectado del reto estratégico

Si tu equipo está frustrado, confundido o desmotivado, antes de “cambiar la estrategia”, revisa si la organización está diseñada para ejecutarla. En muchas compañías, la estrategia dice que van a crecer en nuevos mercados, pero no hay estructura comercial clara. Dicen que van a innovar, pero no hay procesos que permitan experimentar sin castigar el error. Dicen que el talento es clave, pero no invierten en habilidades críticas.

Ahí es donde se rompe todo.
Y lo más frustrante: el problema no es la estrategia… es la falta de alineación.

¿Cómo empezar a alinear?

Una pregunta sencilla puede abrir el camino:

Si esta es nuestra estrategia… ¿están nuestra estructura, nuestras rutinas, nuestras métricas y nuestro mindset realmente alineados para que funcione?

Responder con honestidad es el primer paso. No para cambiar la estrategia, sino para que realmente suceda.

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