Accountability Board anual: la foto incómoda que todo directivo necesita
La mayoría de dueños y directivos que acompaño en Latinoamérica (y cada vez más empresas atendiendo mercado en Estados Unidos) quieren lo mismo: mejores resultados, más claridad y menos caos operativo.
Pero hay una pregunta que casi nadie se hace a final de año: ¿Qué tan bien me dirigí a mí mismo este año?
Medimos ventas, margen, rotación, niveles de servicio, EBITDA… Hacemos comités, presentamos informes, celebramos o explicamos el año. Lo que casi nunca hacemos es tratar al founder o director general (¡a nosotros mismos!) como trataríamos a cualquier gerente de área: con datos, con contexto… y con verdad.
Ahí entra lo que en RocketGrowth llamo el Accountability Board anual. Es, literalmente, la foto incómoda de tu año como directivo.
No es un reporte más. Es sentarte a responder: “Si yo fuera mi propio jefe… ¿me volvería a contratar?”
Tú eres el primer KPI de tu empresa
Hablemos claro: tu empresa no se dirige sola.
Puedes tener el mejor CFO, el mejor equipo comercial, la mejor operación… pero la calidad de tus decisiones y de tu foco como dueño o director general sigue siendo el factor que más pesa.
Cuando un director me dice: “Julio, este año no duplicamos ingresos”,
normalmente, debajo de esa frase hay cosas como:
No cerré las conversaciones comerciales que había empezado.
No evolucioné a tiempo la propuesta de valor.
No contraté directivos a tiempo.
No protegí las rutinas que me sostienen en la zona de dirección.
Eso no se arregla solo con más KPIs. Se arregla con accountability directiva: aceptar que yo también soy un indicador.
El Accountability Board anual es esa conversación donde dejas de explicarte el año y empiezas a asumir tu parte en lo que pasó… y en lo que no pasó.
¿Qué es un Accountability Board (y qué no es)?
Lo primero: no es un muro de lamentos, ni una sesión de autoflagelación tipo “todo está mal, soy un desastre”.
Un Accountability Board anual es un espacio (una hoja, una pizarra, un documento) donde, al menos una vez al año, te sientas a responder un set de preguntas muy simples, pero nada cómodas.
En Yearly Recap trabajamos con una secuencia que, en esencia, toca cuatro cosas:
Lo que querías lograr
¿Cuál era tu foco real como directivo este año?
¿Qué dijiste que iba a ser “no negociable”?
Lo que realmente pasó
¿Dónde sí estuviste a la altura?
¿Dónde te desviaste, cediste o soltaste el volante?
Lo que descuidaste
Conversaciones comerciales que fuiste pateando.
Decisiones difíciles que seguiste posponiendo.
Rutinas que dejaste morir “porque había mucho trabajo”.
Lo que no sabes (todavía) hacer solo
¿En qué temas ya no te alcanza la intuición?
¿Dónde necesitas ayuda, método, acompañamiento?
Detrás de cada bloque hay más profundidad, matices, ejercicios… Aquí no quiero revelarte todo el mapa, pero sí quiero que te quede algo claro:
Un Accountability Board bien hecho no te deja igual. Te obliga a ver el año como director, no solo como “la víctima del contexto”.
Cómo se siente una sesión honesta (y cómo se ve una que te dices mentiras)
Te pongo dos escenas que veo mucho cuando trabajamos Yearly Recap con equipos directivos.
Escena 1 - Te dices mentiras
El cierre de año se parece a esto:
Presentaciones llenas de números.
Explicaciones muy sofisticadas: la tasa de cambio, el entorno, el cliente, el proveedor, el político, la guerra, la competencia…
Comentarios tipo: “Dentro de todo, no nos fue tan mal”.
El problema no es el análisis técnico. El problema es que casi nunca aterriza en: “¿Qué dejé de hacer yo como directivo que hubiera cambiado esta historia?”
Escena 2 - Reflexionas con honestidad
En una sesión de Accountability Board madura, empiezan a aparecer frases como:
“Tenía claro que debía salir más a mercado… y me refugié en la operación.”
“Sabía que este gerente no era la persona… y postergué la decisión un año.”
“Quise duplicar ingresos, pero no dupliqué ni mi agenda comercial ni mi tiempo en diseño de producto.”
¿Ves la diferencia?
No es culpa. Es responsabilidad visible: aceptar que hay cosas que sí estaban en tu cancha y que el próximo año no pueden depender solo de “a ver si se da”.
De la culpa a la decisión: para qué sirve de verdad
Un buen Accountability Board no termina con un “bueno, ya sabemos qué pasó”. Termina con decisiones. No te voy a dar en este post todo el detalle, pero sí te adelanto tres resultados que deberías esperar de esa sesión:
Un par de cosas que vas a parar
Proyectos zombie que te chupan energía.
Reuniones donde ya no agregas valor.
Un par de cosas que vas a proteger como oro
Rutinas donde eres versión 10/10 de ti mismo como directivo.
Espacios de pensamiento que no vas a seguir sacrificando por urgencias.
Una o dos decisiones incómodas que vas a agendar con fecha
Esa conversación con un socio, un gerente o un cliente que llevas un año evitando.
Aquí es donde entra RocketGrowth como sistema: el Accountability Board es la foto, RocketGrowth es la forma de convertir esa foto en rutas de avance y rutinas de dirección para los próximos 90 días.
Si solo haces la foto, te quedas con culpa o inspiración. Si la conectas con un sistema de trabajo, te quedas con movimiento.
Cómo podrías empezar (sin esperar al “momento perfecto”)
No necesitas un taller de dos días para empezar.
Puedes hacerlo esta misma semana, así de simple:
Bloquea 60–90 minutos solo contigo. Sin correo, sin WhatsApp, sin “rapiditos”.
Toma una hoja en blanco (o una slide) y escribe arriba: “Mi año como directivo 2025”.
Responde, sin filtro y sin justificarte, tres preguntas:
¿Qué dije que iba a ser importante este año?
¿Qué sí hice consistentemente?
¿Qué fui posponiendo, aunque sabía que era clave?
Si te quedas solo con eso ya vas a ver cosas que hoy están difusas.
Luego, si quieres llevarlo al siguiente nivel, ahí es donde herramientas como Yearly Recap y RocketGrowth te ayudan a no quedarte solo con el insight, sino a bajar todo eso a decisiones, tableros y rutinas que se sostienen en el tiempo.
La pregunta que te llevas
No te quiero dejar con más teoría. Quiero dejarte con una sola pregunta para esta semana:
Si tú fueras tu propio jefe, viendo tu año completo como directivo… ¿te volverías a contratar sin dudarlo, te pondrías en período de prueba, o tendrías una conversación seria contigo?
Y, más importante aún: ¿Qué vas a hacer con esa respuesta?