¿Cómo dejar el piloto automático y volver a la zona de foco?

Algo escucho todo el tiempo con dueños y directivos en Latinoamérica (y con varios latinos dirigiendo empresas en Estados Unidos):

“No tengo tiempo.”

“Estoy a full.”

“Este año fue muy pesado.”

“Mi equipo está reventado

Pero cuando empezamos a revisar más despacio, aparece otra realidad incómoda:

No es que no tengas tiempo.

Es que pasaste meses completos fuera de la zona de dirección.

Ocupado, sí.

En mil cosas, también.

Pero no necesariamente en lo que solo tú puedes hacer como dueño o directivo.

Ahí es donde entra una herramienta que uso en Yearly Recap y en el sistema RocketGrowth: el ECG (Electrocardiograma) de foco

No es una metáfora bonita. Es una forma simple y brutalmente honesta de responder:

¿En qué momentos de este año estuviste realmente enfocado y dirigiendo…y en cuáles solo estabas en piloto automático ?

Quizás no te falta tiempo, te falta foco

He notado que cuando un directivo dice “procrastino mucho”, casi siempre intenta resolverlo con:

  • una nueva app de productividad,

  • un curso rápido de gestión del tiempo,

  • o metiendo más cosas en la agenda.

Pero la procrastinación directiva casi nunca es un problema de agenda.

Es más un problema de carga emocional (tengo contenido en mi página donde profundizo en este punto, te invito a que lo revises).

Si tu cabeza está dividida entre apagar incendios, cargar temas personales, procesar el contexto del país y sostener al equipo, es normal que te cueste entrar en la zona de dirección: ese espacio donde:

  • piensas con claridad,

  • tomas decisiones de alto impacto,

  • y mueves los cuellos de botella correctos.

En esto contexto, ECG de foco te ayuda a identificar cómo lograr más. No porque te dara más horas al día, sino porque te ayudará a entender qué estaba pasando contigo cuando tu empresa más te necesitaba al mando.

Un ejercicio rápido para accionar resultados

Basado en mi herramienta de ECG de Foco, quiero proponerte un ejercicio que puedes hacer hoy mismo en 10–15 minutos.

Solo necesitas esto:

  • identificar un momento de alto desenfoque del año.

  • Y otro momento de alto enfoque del año.

No tienen que ser “perfectos”. Solo tienen que ser reales.

1. El momento de alto desenfoque

Piensa en un período donde, honestamente, estabas:

  • Con saturación al 100

  • Modo reactivo

  • posponiendo decisiones

  • haciendo mil cosas, pero avanzando poco en lo que importa.

Pudo ser por una semana, un mes, una temporada.

Ahora, escribe tres cosas:

  1. ¿Qué estaba pasando afuera?

    • Contexto de negocio, país, familia, equipo.

  2. ¿Qué estaba pasando dentro de ti?

    • ¿Qué sentías? ¿Qué historias te estabas contando?

  3. ¿Qué dejaste de hacer en tu rol directivo?

    • ¿Qué conversaciones postergaste?

    • ¿Qué decisiones “congelaste”?

    • ¿Qué rutinas abandonaste?

No busques un texto bonito. Escribe ideas concretas verdad.

Solo con eso ya empiezas a ver que tu desenfoque no fue “mala suerte”: fue una mezcla de contexto, emociones y decisiones que fuiste tomando (o evitando).

2. El momento de alto enfoque

Ahora ve al otro extremo. Piensa en un tramo del año donde:

  • te sentías con claridad,

  • sabías qué querías lograr,

  • y veías a tu equipo alineado, moviéndose contigo.

Otra vez, puede ser una semana, un mes, un proyecto.

Responde estas tres preguntas:

  1. ¿Qué estabas haciendo distinto en tu día a día?

    • Tipo de reuniones, conversaciones, espacios de pensamiento.

  2. ¿Qué estabas evitando hacer?

    • ¿Qué cosas simplemente no dejaste que entraran en tu agenda?

  3. ¿Qué rutinas te sostenían sin que tú lo supieras?

    • Horarios, hábitos, espacios, personas clave.

Lo bonito de este ejercicio es que casi siempre descubres que tu “mejor versión” como directivo no fue casualidad.

Había un sistema, aunque no lo llamaras así.

Traduce a la acción

Hasta aquí solo has hecho conciencia.

Ahora viene la parte que de verdad cambia cosas: tomar decisiones pequeñas y concretas.

Te propongo este marco de action plan:

A. Lo que vas a proteger

Mira tu momento de alto enfoque y elige:

  • 1 rutina,

  • 1 tipo de conversación,

  • 1 límite de agenda,

que quieras proteger en los próximos 90 días.

Ejemplos reales que veo en directivos:

  • “Los lunes en la mañana no tomo reuniones, solo pienso y diseño la semana.”

  • “Vuelvo a tener una reunión quincenal solo de dirección con mi equipo clave.”

  • “No vuelvo a aceptar almuerzos sin propósito en semanas críticas.”

  • “Toda reunión debe tener un objetivo y una duración establecida.”

Escríbelo como si fuera una regla. Que sea claro y medible.

B. Lo que vas a rediseñar

Ahora mira tu momento de alto desenfoque y responde:

  • ¿Qué patrón no quieres repetir?

  • ¿Qué alerta temprana vas a atender distinto?

Elige 1 decisión que quieras tomar diferente la próxima vez. Nuevamente, alguno dejemos que he visto:

  • “Si vuelvo a sentir este nivel de saturación, voy a pedir ayuda antes, no después.”

  • “Si un líder clave no está funcionando, no voy a dejar pasar otro año sin tomar decisiones al respecto.”

  • “Si el contexto del país se pone inestable, no voy a sacrificar mis espacios de dirección para apagar incendios todo el día.”

Otra vez: una sola decisión, pero real.

Una última cosa

Te invito a que este tipo de dinámicas no sean solo una práctica casual sino que puras incorporar como parte de tus rutinas.

Y si, te volverás a desenfocar, pero tendrás un sistema que te retorne a tu zona de enfoque y altos resultados.

Siguiente
Siguiente

Accountability Board anual: la foto incómoda que todo directivo necesita